NUEVO ENFOQUE DE LA ENSEÑANZA EN EL POSTGRADO
INTRODUCCIÓN
La educación de posgrado tiene entre sus antecedentes más importantes los grados de doctor, maestro y profesor que otorgaban las universidades medievales y que caracterizaban a un hombre culto y capaz en el ámbito de su profesión.
A consecuencia del desarrollo tecnológico y por ende de las nuevas
formas de acceder a la información, en las universidades surgen necesidades
educacionales cuyas respuestas se encontraron en la diversificación de estudios
y la adopción de la investigación científica como actividad esencial para
profundizar el conocimiento. Alemania a comienzos del siglo XIX,
caracterizó a su universidad como autónoma dándole el carácter de universidad
científica, expresado en la integración de la investigación, la docencia y los
estudios doctorales que requerían de la defensa de una tesis como producto de
la investigación individual. Durante este siglo la universidad fue modelo para
la educación superior de otros países, como Estados Unidos, Rusia y Japón,
entre otros. Posteriormente Inglaterra y Francia se convierten también en
países adelantados en su desarrollo universitario pero no siguen la influencia
alemana y adoptan otra concepción, la separación de la investigación y la
docencia y se distinguen por la centralización del control de los estudios
universitarios. España ha tenido un crecimiento acelerado en la expansión de la
educación de posgrado en la segunda mitad de este siglo, su volumen de
actividad se ha expresado en cifras, para l994 de 4 100 000 profesionales o
poseedores de un título universitario, de los cuales se considera que el 4,9 %
obtienen el más alto título de educación superior, doctor en ciencias, además
como parte de su sistema de educación de posgrado fundamentalmente han venido
considerando las maestrías y las especialidades.
América Latina como en el resto del tercer mundo, el posgrado comenzó
siendo una actividad anexa y no sólidamente enlazada a la formación
profesional. En la actualidad es un terreno fértil para lograr cada vez más su
desarrollo pertinente.
NUEVO ENFOQUE DE LA ENSEÑANZA EN EL
POSTGRADO EL CONOCIMIENTO
En todo proceso de
generación de conocimiento, es posible distinguir cuatro elementos: (a) el
sujeto que conoce. (Sujeto inteligente); (b) El objeto conocido. (Objeto
entendido como cosa objetiva o como idea); (c) La operación misma de conocer.
(Proceso de aprehensión inteligente); (d) el resultado obtenido que es la
información recabada acerca del objeto.
Así, el sujeto se
pone en contacto con el objeto (realidad concreta de las cosas o realidad
inmanente de las ideas) y obtiene una información acerca del mismo. Cuando
existe congruencia o adecuación entre el objeto y la representación interna
correspondiente, que obtiene el sujeto cuando de manera inteligente aprehende
el objeto, decimos que estamos en posesión de una cierta verdad representada a
manera de conocimiento.
De igual manera,
Lima H., señala que: “El hombre, además, es capaz de generar capacidades
metacognitivas, es decir, capacidades intelectuales, propiamente humanas,
destinadas a reflexionar acerca de lo conocido y la posibilidad de reflexionar
acerca del propio conocimiento creado, sea este conocimiento estructurado en
torno a realidades objetivas o en torno a ideas. El hombre es el único ser
inteligente capaz de asignar atributos éticos a su propio conocimiento. Está
capacitado para dirimir lo que es bueno de lo conocido o creado. Su
conocimiento se perfecciona en el acto metacognitivo”.
La gestión del
conocimiento se ha convertido en un punto de presión y referencia para orientar
los cambios que tiene que efectuar el sistema educativo a nivel Universitario y
de postgrado; por una parte para formar los nuevos cuadros profesionales, es
decir, brindarles los recursos necesarios para que tengan una formación de
calidad, y por la otra parte para mantenerse en coherencia o sintonía con los
cambios macro estructurales, en los que es participe y determinan las
características de la educación del futuro, ello con la final de lograr
profesionales que cumplan con los estándares de eficiencia y calidad a la
luz de las nuevas exigencias del mercado
laboral.
Almendares, señala
que la educación universitaria y de postgrado en la sociedad de la información
y del conocimiento debe ser dialógica, es decir moverse desde el paradigma de
la transferencia hacia el de la transformación; en otras palabras, el
intercambio de conocimientos, de manera que el aprendizaje consista en una
especie de pacto, de sintonía entre fuentes (docentes, estudiantes y otros), en
la que ambas partes constaten una mejora de conocimientos entre el antes y el
después. Esto implica una total apertura al diálogo y la discusión, cualquiera
sea su origen: ideológico, científico, religioso, económico, político,
filosófico, es por ello que se considera que a nivel de postgrado el rol que
cumple del docente es de facilitador, propiciando situaciones de aprendizaje,
donde prime la investigación, con la finalidad de que sea el propio maestrista
quien genere su conocimiento, de tal manera que él mismo contribuya al logro de
sus objetivos y metas planteadas.
Ocuparse de la
gestión del conocimiento dentro de la investigación educativa en el contexto
universitario y de postgrado tiene sentido por tres importantes motivos, según
lo señalado por O’ Dell y Grayson:
1. La tendencia
actual que con más fuerza esta cambiando a las organizaciones, y que traducido
en términos educativos significa el advenimiento de nuevos campos laborales,
nuevas habilidades y competencias que han de ser cubiertas, ante una explicita
e ineludible necesidad del mercado laboral.
2. La evidente
necesidad de revisión epistemológica en conceptos clave como conocimiento,
aprendizaje, enseñanza, por su aparente fractura entre la visión empresarial y
la formativa, de las cuales han de generarse contenidos, recursos, herramientas
y procedimientos de trabajo en formato digital y global.
3. La gestión del
conocimiento interviene en espacios donde la población adulta es el común
denominador, y se requiere de estrategias específicas para la elaboración de
aprendizajes en ésta edad.
Bajo tal contexto vemos
que innegablemente debe existir un cambio en la educación superior, tanto en
los modelos tradicionales de enseñanza como en el cuerpo de docentes, desde la
perspectiva de destrezas y aptitudes, siendo que la educación actual no puede
seguir conformándose desde la perspectiva de la transmisión vertical de
información, sino que debe enfocarse hacia la progresión de saberes que
permitan a los individuos orientar y desarrollar su propio conocimiento, nuevos
proyectos de aprendizaje a lo largo de su vida, una formación más integral
dentro de modelos que reconozcan estar presentes a lo largo de toda la vida de
las personas.
El sector de
postgrado, los alumnos, conjuntamente con los docentes deben centrar su
objetivo a la adquisición de competencias que pongan al sujeto en condiciones
de poder evaluar la pertinencia de los conocimientos adquiridos y de los
procesos seguidos, a fin de diseñar estrategias de aprendizaje satisfactorias
en función de sus propios proyectos, aspiraciones y necesidades, transformando
la concepción del conocimiento, en algo dinámico y no en un objeto del que se
aspira apropiarse, el cual puede ser inerte y caduco.
En virtud a estas
nuevas tendencias, tenemos que reconocer que el docente universitario, debe
adaptarse a la nueva cultura que se está generando por el contacto con los
medios digitales conducirá hacia formas originales y distintas de organizar la
vida, el conocimiento y la formación profesional. La interconexión entre
computadores brinda la posibilidad de redefinir el concepto de inteligencia
colectiva, basado en la participación en proyectos autodirigidos, fundamentados
en una idea, propósito o afición común, que a la vez implica una
reconceptualización de la idea de aprendizaje: se tarta de pasar de un modelo
de pensamiento cartesiano, basado en la idea de pienso a la colectiva de
pensar.
De otro lado, el
docente universitario tiene como misión formar profesionales que se integren al
desarrollo de las competencias en el mercado laboral, asimismo, competencias
éticas y sociales para solucionar mediante la ciencia y tecnología las
necesidades de la población y el sector productivo. Si se considera a la
gestión del conocimiento como la acción y efecto de producir nuevos
conocimientos por medio de la investigación de la indagación de la síntesis o
del análisis y a la gestión académica como el conjunto de acciones que realizan
las organizaciones colegiadas en función del conocimiento.
Rol del Docente Universitario
El mejor Docente
es aquel que trata de realizar en sí mismo lo que trata de realizar en los
demás. Las transformaciones que esta viviendo el mundo contemporáneo sobre todo
en materia económica, aunado a los grandes avances de la ciencia y la
tecnología en estos tiempos ha producido un nuevo contexto socio histórico,
donde la sociedad humana cada día debe asumir los nuevos retos que le impone la
sociedad de la información y el conocimiento.
Estas exigencias
provocadas por esta gestión del conocimiento ha tocado a las universidades, y
dentro de ésta a las escuelas de postgrado y a todos sus miembros en el mundo,
y particularmente en Latinoamérica, todos estos procesos continuos de cambios
ha producido la necesidad de formularse una nueva visión, sobré el papel del
docentes y los retos que estos deben asumir al igual que las universidades en
el siglo XXI.
Para Izunza, esta
situación merece una especial atención puesto que el papel del docente
universitario en el siglo 21, será cada vez más complejos; es importante
resaltar que este debe responder a su propia especificidad histórica cultural y
los espacios geográficos que la rodean en las dimensiones ética, política,
culturales, económica, jurídico, que le sean de su competencia; en este sentido
podemos señalar que la universidad y los docentes tienen la misión de estar al
servicio de los intereses del país, esto con el fin de promover cambios y
desarrollo para la búsqueda del bienestar colectivo de la sociedad. Además, los
continuos desafíos ante un contexto social dominado por el discurso de la
globalización; por tal razón, es necesario que el docente asuma una actitud
crítica desde su propia formación epistemológica y su cultura investigativa.
CONCLUSIONES
- La gestión del conocimiento ha
representado un desafío para todo el proceso educativo, dentro del cual están
las universidades y los programas de postgrado, quienes están llamadas a buscar
el máximo aprovechamiento del conocimiento diseñando estrategias que les
permitan dar respuesta rápida y eficaz a las necesidades de formación y de
acceso a la educación.
-
El docente universitario surge
como protagonista importante del proceso de aprendizaje, ya que participa en los
diversos contextos del aprendizaje sean estos virtuales, mixtos a distancia, o
semipresenciales, lo que hace necesario que éste desarrolle competencias que le
permitan ser gestores del conocimiento mediante el uso y aplicación de la
tecnología, y así ir acorde a los avances de la tecnología y las nuevas formar
de acceder al conocimiento.
-
El docente universitario cumplen
un rol de facilitadores del proceso de enseñanza-aprendizaje, están llamados a
contribuir con todos los cambios que sean necesarios para posibilitar el
tránsito hacia los nuevos estándares educativos, por lo que la función
principal del docente será la de propiciar situaciones que generen
conocimiento, ya que a nivel de postgrado son los alumnos, quienes tienen que
crear su conocimiento, y ello básicamente a través de la investigación.
BIBLIOGRAFIA
- Almendares, E. “Hacia el
mejoramiento de la educación universitaria”. México, DF. México. 2003, Editorial:
Trillas.
-
García, S., “Conocimiento,
comunicación educativa y formas de vida”. Madrid, España. 2002, Fondo
Editorial: Fundación Rielo.
-
Izunza, B., “Gestión del
conocimiento: la asignatura pendiente”. New York,USA. 2002, Editorial: Harper
Collins Publishers.
-
Lima, H., “Motivación y
aprendizaje en el aula: como enseñar a pensar”. Madrid, España2002. Editorial:
Santillana.
-
O’ Dell y Grayson., “Gestión del
Conocimiento en las Universidades”. Madrid, 1998, Instituto Universitario
Euróforum Escorial.
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